Primera cooperativa de mujeres que recibe “código de exportador”


El primer modelo de mujeres productoras de hortalizas en Guatemala: Cooperativa  Agrícola Integral Mujeres 4 Pinos, R. L. incursiona como exportadoras directas, en el mercado de Estados Unidos y Europa, donde sus hortalizas son muy apreciadas por la calidad e inocuidad con que las producen.

Guatemala 13 de mayo de 2013. La Cooperativa Agrícola Integral de Mujeres 4 Pinos, R.L. situada en Santiago Sacatepéquez, logró hacer realidad su meta de convertirse en exportador directo de sus hortalizas, gracias al acompañamiento y asistencia técnica especializada en acceso a mercados, que recibió  del Programa de Encadenamientos Empresariales, de la División de Desarrollo de AGEXPORT, y de la Cooperativa 4 Pinos, R.L.

Los hortalizas que producen y que actualmente les demandan sus compradores internacionales son arveja china, arveja dulce, arveja criolla, ejote francés, mini zanahorias y zuchinnis. Todos estos productos cuentan con la certificación Global G.A.P., norma que avala la calidad e inocuidad de las hortalizas al haber sido cultivadas y cosechadas con buenas prácticas agrícolas.

Las 400 socias de la Cooperativa producen en 331 hectáreas el equivalente a 3,353,665 libras anuales de hortalizas. Además, como parte de su estrategia de promoción y desarrollo de mercados internacionales participan en ferias comerciales de productos hortícolas en Estados Unidos y Europa.

“Consolidarnos como grupo exportador nacional requirió vencer varios retos, entre ellos, librar el machismo para garantizar nuestra producción, elegir una figura organizativa para conseguir autonomía como grupo de mujeres y certificarnos bajo la normativa Global G.A.P.  La obtención de esta última también significó la educación de 176 socias que ahora lideran el desarrollo de sus comunidades”, explica Victoria Arreaga, socia fundadora de la Cooperativa Agrícola Integral Mujeres 4 Pinos, R.L.

Los retos continúan y entre nuestras próximas metas está incursionar a otros mercados, incluyendo países europeos y orientales, diversificar la producción, ampliar la cobertura a nivel nacional y seguir empoderando económicamente a nuestras socias para contribuir a erradicar el analfabetismo y garantizar la seguridad alimentaria de sus comunidades. Sin duda, un modelo digno de replicar en Latinoamérica”, añade Arreaga.

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