“En medio de un estado de desprotección”
La terrible muerte de Nahamán Carmona a manos de policías nacionales en 1990, dio origen al decreto 37-2005 en donde se establece que cada 13 de marzo las instituciones públicas y privadas conmemoran en Guatemala el Día Nacional de la No Violencia contra la Niñez. De esa terrible historia que dejó un niño fallecido de forma violenta ya han pasado 24 años, pero la niñez y la adolescencia siguen viviendo en un estado de desprotección que va en aumento.
En la actualidad los niños, niñas y adolescentes conforman el mayor número de la población guatemalteca; además, son quienes están formando parte de las peores estadísticas de la sociedad. Según el Instituto Nacional de Ciencias Forenses –INACIF-, a diario mueren 2 niños/as de forma violenta y cada día se hacen 10 evaluaciones por delitos sexuales; mientras que el Ministerio Público –MP- recibe 20 denuncias al día por maltrato infantil.
Cifras del Organismo Judicial –OJ-, MP e INACIF, arrojaron que en los primeros dos meses del año 2015 han fallecido por arma de fuego 148 niños, niñas y adolescentes, 7 han sido estrangulados (uno de 1 año de edad) y se han realizado 735 evaluaciones forenses por delitos sexuales. Con los datos anteriores es evidente que como sociedad estamos perdiendo el control y que seguimos viendo a los niños, niñas y adolescentes como objetos y no como sujetos de derecho.
Uno de los problemas que debe enfrentar la niñez y adolescencia, es que el “sistema natural primario de protección”, que lo conforma la familia, la escuela y la iglesia no está cumpliendo sus funciones. Existe un deterioro de los valores y los conflictos de los adultos afectan directamente a los niños y niñas, quienes son tomados para beneficios de los padres, madres y personas cercanas. La corrupción e impunidad hacen que los casos donde ellos y ellas son las víctimas no progresen en su totalidad, dejándoles sin derecho a justicia, atención y resguardo.
ADEMÁS:
Existe una descomposición social que afecta directamente a la niñez y adolescencia, los programas de prevención no han dado los resultados esperados y la falta de controles del sector justicia han hecho que la niñez y adolescencia sea el blanco de la violencia. Por lo tanto exigimos que en Guatemala:
• El Estado, la Familia, la Escuela, la Iglesia, e Instituciones Garantes de la protección de la niñez, reconozcan que han dejado de cumplir con su función de proteger a la niñez y la adolescencia,
• Se fortalezca a las instituciones garantes de esta protección para que puedan ejercer mejor su función,
• Se reconozca que detrás de cada niño, niña y adolescente estigmatizado por hechos de violencia, hay adultos que los utilizan y deben ser castigados,
• Se controle la venta, distribución y portación de armas de fuego, dado que es la mayor causa de las muertes en niños, niñas y adolescentes a diario,
• Aclarar que los niños, niñas y adolescentes no son sólo cifras, sino que son personas y que detrás de ellos hay una historia que contar e investigaciones por realizar de forma individual.
• Recordar a los representantes de los partidos políticos que la niñez y adolescencia no pueden votar, pero que son parte fundamental de la Nación y que dentro de sus planes de gobierno ellos y ellas deben ser un eje principal.
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