Después de cuarenta días de espera, dos giras de campo durante tres días en la selva de Izabal para colocar cámaras trampa, llegaron los resultados: se avistaron jaguares (Panthera onca), tapires (Tapirus bairdii) y ocelotes (Leopardus pardalis), especies en peligro de extinción y con distribución limitada.
Lo anterior forma parte de un proyecto llamado “Estudio exploratorio del jaguar y la diversidad de sus presas en cuatro áreas protegidas del corredor para jaguares en Izabal”, que es impulsado por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) y la Organización Panthera.
La idea es realizar un método de muestreo no invasivo y captar en imágenes a las referidas especies. El proyecto fue propuesto por la biólogo Ana Patricia Calderón, con el apoyo de Yadin Sarmientos, César de Paz, Manuel Ochoa y Marlon Vásquez, guardarrecursos del CONAP, destacados en el Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique.
Los especímenes están incluidos en el Listado de Especies Amenazadas del CONAP, derivado de la pérdida de su hábitat y de cacería ilegal.
Así mismo, también se busca promover al jaguar como especie emblemática en Izabal. Con la medida, se fortalece la capacidad del personal técnico de campo del CONAP. También es útil para determinar la conectividad, composición y diversidad del ensamble de felinos y sus presas.
Según la Oficina Regional de Nororiente del CONAP, la medida permitirá efectuar un plan piloto del protocolo para el monitoreo de la integridad ecológica del lugar, utilizando al jaguar precisamente como objeto de conservación.
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