La OMS se marca el objetivo de eliminar la tuberculosis en más de 30 países


3 DE JULIO DE 2014 | ROMA (ITALIA) – La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado hoy, junto con la European Respiratory Society (ERS), un nuevo marco para eliminar la tuberculosis en aquellos países en los que la enfermedad tiene una baja incidencia.

En la actualidad hay 33 países y territorios con menos de 100 casos de tuberculosis por millón de habitantes. Siete de esos países y territorios están en la región de las Américas: Bahamas, Canadá, Costa Rica, Cuba, Estados Unidos de América, Jamaica, y Puerto Rico.

En el marco para eliminar la tuberculosis, se define una fase inicial de “pre-eliminación” con el objetivo de reducir los casos nuevos de tuberculosis a menos de 10 por millón de habitantes por año en esos países para 2035. Posteriormente, para 2050, se plantea conseguir la eliminación completa de la tuberculosis, situación que se define como una incidencia de menos de 1 caso por millón de habitantes por año.

A pesar de que la tuberculosis es prevenible y curable, en esos 33 países y territorios, 155 mil personas siguen contrayendo la enfermedad cada año y 10 mil mueren por su causa. Millones de personas se infectan y corren el riesgo de enfermar.

El marco propuesto se inspira en planteamientos que ya han demostrado arrojar excelentes resultados. Se ha elaborado en colaboración con expertos de países con una carga débil de la enfermedad y supone una adaptación de la nueva estrategia mundial de la OMS contra la tuberculosis 2016-2035, aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2014. Los representantes de los países se reunieron para debatir el marco y su aplicación en una reunión organizada conjuntamente por la OMS y la ERS en Roma, con la colaboración del Ministerio de Salud de Italia.

Italia es precisamente uno de los 21 países europeos a los que va dirigido el marco. Entre los 33 países, territorios y zonas se incluyen también siete de las Américas, tres del Mediterráneo Oriental y dos del Pacífico Occidental.

Los países son conscientes de la necesidad común de dar un impulso a los esfuerzos por eliminar la tuberculosis como problema de salud pública e impedir que resurja. En muchos de esos países, al reducirse los índices de tuberculosis la atención a esta amenaza para la salud pública ha menguado, lo que podría suponer un debilitamiento de la capacidad de respuesta.

“Los países con una carga débil de tuberculosis ya cuentan con los medios de reducir drásticamente los casos de tuberculosis de aquí a 2035”, comentó Hiroki Nakatani, subdirector General de la OMS. “La cobertura sanitaria universal, que garantiza que todas las personas tengan acceso a los servicios de salud que necesitan sin sufrir dificultades económicas como consecuencia de ello, es el puntal. La clave está en dirigir intervenciones inteligentes contra la tuberculosis hacia las personas que más las necesitan”, señaló.

En el nuevo marco de la OMS se pone de relieve la eficacia de ocho intervenciones fundamentales, en un conjunto coherente de actuaciones para incidir en los países seleccionados:

Garantizar la financiación y la rectoría para planificar y poder conseguir servicios de gran calidad.
Abordar los grupos más vulnerables e inaccesibles.
Abordar las necesidades especiales de los migrantes; cuestiones transfronterizas.
Llevar a cabo pruebas de detección de tuberculosis activa y de infección de tuberculosis latente en grupos de alto riesgo y ofrecer un tratamiento adecuado; gestionar las epidemias.
Mejorar la prevención y atención de la tuberculosis multirresistente.
Garantizar la vigilancia continuada y la evaluación y supervisión del programa.
Invertir en investigación y en nuevos instrumentos.
Apoyar el control mundial de la tuberculosis.

Entre los grupos más vulnerables se encuentran las personas pobres o sin hogar, los migrantes y los miembros de las minorías étnicas. Además, las personas que consumen drogas o están en prisión, y las que tienen sistemas inmunitarios debilitados (por ejemplo, los que tienen VIH, o sufren malnutrición o diabetes, los fumadores y los grandes bebedores) están expuestas a un mayor riesgo de contraer tuberculosis. Además, muchos de esos grupos vulnerables se enfrentan a obstáculos para acceder a los servicios de salud.

Abordar la tuberculosis en el contexto de la migración transfronteriza también puede suponer un desafío considerable para los proveedores de servicios de salud. Puede que muchas de las personas en tratamiento contra la tuberculosis  se vean obligadas a trasladarse por razones laborales, aunque no hayan finalizado el tratamiento. “Los países con una baja incidencia de tuberculosis están en una posición inmejorable para conseguir niveles históricamente bajos de tuberculosis”, agregó Mario Raviglione, director del Programa Mundial de la OMS contra la Tuberculosis. “Pueden abrir las puertas a otros países”.

La globalización y el aumento en los movimientos de las poblaciones facilitan que  la tuberculosis –una enfermedad infecciosa que se transmite por el aire–  siga propagándose de una comunidad a otra y de un país a otro. Para eliminar la enfermedad en países con una carga débil será fundamental reforzar drásticamente la prevención y atención contra la tuberculosis en países con una elevada incidencia. Esta interdependencia exige la adopción de medidas concertadas y una estrecha colaboración entre los países con una carga elevada y una carga débil de tuberculosis.

“El uso de antibióticos potentes y la mejora del nivel de vida ha expulsado prácticamente la enfermedad de muchos países de ingresos altos. Pero todavía no podemos cantar victoria. Y si ahora tomamos las medidas incorrectas, la tuberculosis podría repuntar, con formas resistentes a más fármacos”, señala el profesor G.B. Migliori, de la ERS. “Pero si tomamos las medidas adecuadas y volvemos a comprometernos en la lucha contra esta enfermedad, en nuestros países y el extranjero, la tuberculosis dejará de ser finalmente una amenaza para la salud pública”, añadió.
 
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Nota para los editores:
En mayo pasado, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó la nueva estrategia mundial de la OMS contra la tuberculosis para el periodo 2016-2035, que tiene por objeto reducir la incidencia mundial de la tuberculosis en un 90% y poner fin a la epidemia mundial de esta enfermedad. En la estrategia se hace hincapié en la colaboración en el plano internacional y la adaptación en el plano nacional. Asimismo, se subraya la necesidad de que la respuesta nacional para el control de la tuberculosis se ajuste a los contextos locales epidemiológicos y de los sistemas de salud.

* Alemania, Australia, Austria, Bahamas, Bélgica, Canadá, Chipre, Costa Rica, Cuba, Dinamarca, Emiratos Árabes Unidos, Eslovaquia, Eslovenia, Estados Unidos de América, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Israel, Italia, Jamaica, Jordania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Nueva Zelandia, Países Bajos, Puerto Rico, República Checa, Ribera Occidental y Franja de Gaza, Suecia y Suiza.
 
Además de los países y territorios enumerados, el marco también será pertinente para los países que se aproximan a menos de 10 casos/100 000 habitantes por año.

Organización Mundial de la Salud: La OMS es la autoridad rectora y coordinadora en materia de salud del sistema de las Naciones Unidas. Se encarga de ejercer el liderazgo en cuestiones sanitarias mundiales, configurar el programa de investigación sanitaria, establecer normas y requisitos, presentar opciones normativas basadas en pruebas científicas, prestar asistencia técnica a los países y vigilar y evaluar las tendencias en materia de salud.

European Respiratory Society: La ERS es una sociedad profesional sin ánimo de lucro integrada por diferentes miembros y dedicada a la ciencia y la medicina respiratorias. Su misión es aliviar el sufrimiento debido a las enfermedades respiratorias y fomentar la salud pulmonar mediante la investigación, el intercambio de conocimientos y la educación de los estamentos médicos y el público. La ERS, fundada en 1990, está integrada por 11 asambleas científicas que abarcan todo el espectro de la disciplina. La sociedad, abierta a clínicos, científicos y otros profesionales de la salud, atrae a miembros de todo el mundo y desempeña una función destacada en la mejora de las normas de atención respiratoria en Europa y otros continentes.

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