Casi 900.000 migrantes son retornados anualmente a la región. De esa cifra 500.000 en promedio retornan a Centroamérica y 400.000 a México. Según la Red Regional de Organizaciones Civiles para las Migraciones (RRCOM) estos datos pueden ser por debajo de los números reales ya que reflejan solamente el paso por frontera.
Centroamérica, septiembre de 2013. La reintegración de casi 900.000 migrantes centroamericanos y mexicanos que retornan a sus países de origen es un reto actual que hace necesario fortalecer el enfoque de derechos humanos, la responsabilidad compartida y la coordinación interinstitucional así como sectorial, según la Conferencia Regional sobre Migración (CRM), realizada en Costa Rica el 18 y 19 de septiembre.
Dichos principios rectores fueron planteados fruto de una reflexión de representantes de Centroamérica, México, Estados Unidos y República Dominicana, en el “Taller Regional sobre Políticas, prácticas y conclusiones para el retorno, reintegración e integración de personas migrantes” organizado por la CRM, foro intergubernamental que agrupa a once países con el propósito de intercambiar información, buenas prácticas y promover el diálogo en materia migratoria.
Antes de la recién pasada crisis financiera, poco se había debatido sobre el tema del retorno y sus efectos en las comunidades de recepción o en las mismas personas retornadas y sus familias. Cuando las condiciones en el país destino no son favorables o las políticas de migración son restrictivas, se da el retorno. En el primer caso es un retorno voluntario, en el segundo un retorno forzado fundado en una decisión administrativa o judicial.
“Preocupa la segunda etapa de cada proceso. La primera fase, lo que se brinda de base es la comunicación con los familiares, albergue, ropa, medicinas, y comida, lo inmediato. Falta lo segundo, hay algunos avances, certificación de capacidades, opciones de trabajo, estudios, becas. Se está haciendo con lo que hay. Falta apuntarlo, darle dirección y planearlo… en los programas de regularización de las personas”, comentó Oliver Bush, coordinador de la CRM.
En ese sentido, para la sostenibilidad del proceso se requieren varios factores como un “marco legal que brinde la pauta para la planeación y el presupuesto así como la transversalización del tema migratorio en la política nacional, en el plan de desarrollo y luego ver quién es el ente rector”.
Expuso el caso de El Salvador como ejemplo de cómo se está avanzando. “Ellos ya lo tienen, pueden tener acceso a presupuesto específico para el retorno y reinserción de sus propias personas”.
En ese marco reflexivo, Gabriela Rodríguez, Representante de la Red Regional de Organizaciones Civiles para las Migraciones (RRCOM) y ex Relatora de Naciones Unidas para los Derechos Humanos de los Migrantes (OHCHR/Ginebra), subrayó que la sostenibilidad de los procesos de reintegración está relacionado también con el poder local y las organizaciones no gubernamentales.
RRCOM agrupa actualmente a casi 400 organizaciones de la sociedad civil y es miembro de la CRM. Fue fundada en 1996 a partir de la necesidad de generar un espacio de diálogo con los gobiernos de los países de la región desde la iniciativa del CRM.
Rodríguez subrayó que “los programas de reintegración tienen que ver con la solución de la violencia y criminalidad ante la cual hay ausencia de protección para los migrantes”. Y, son necesarios “para no hacer una migración circular, pues en el retorno también se da la reincidencia”.
María José Meza, Gerente programática de Fundación Avina, resaltó que “uno de los retos principales en el istmo es cómo vamos a abordar el tema migratorio de una manera positiva pues en lugar de estar retornando a un migrante, es más bien ver, cómo podemos integrarlo”.
Asimismo comentó, la relevancia de articular esfuerzos pues los mismos gobiernos necesitan de la experiencia e información de la sociedad civil para poder llegar a entender la complejidad del tema migratorio.
Resaltó como un aspecto positivo que en el taller realizado por CRM ya se identifica a la empresa privada como un actor a ser considerado en las políticas de integración en materia migratoria en la región centroamericana.
La Alianza por las Migraciones de Centroamérica y México (CAMMINA), conformada por Ford Foundation, Open Society Foundations y Fundación Avina, apoya la gestión de RRCOM en sus esfuerzos por socializar con los países miembros situaciones o problemáticas documentadas sobre el tema migratorio y analizadas desde la perspectiva de sociedad civil para solicitar a los Estados su atención y la toma de decisiones al respecto.
Se estima que hay 210 millones de migrantes internacionales en el mundo, lo cual representa aproximadamente el 3,1% de la población mundial. Los países de Centroamérica y República Dominicana han generado cerca de 4.8 millones de migrantes (United Nations, Department of Economic and Social Affairs, 2012) de los cuales el 84% tienen como destino países desarrollados, principalmente Estados Unidos. Los flujos intrarregionales también son relevantes, ya que el segundo destino de los migrantes se encuentra en Costa Rica (8.4%).
En el caso centroamericano, luego de finalizados los conflictos bélicos en los años noventa, la mayor parte de la migración ha ocurrido por motivos económicos. La realidad es distinta, en Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua son países de origen y en el caso de Costa Rica, Panamá y Belice, receptores. México tiene ambas dinámicas.
Centroamérica, septiembre de 2013. La reintegración de casi 900.000 migrantes centroamericanos y mexicanos que retornan a sus países de origen es un reto actual que hace necesario fortalecer el enfoque de derechos humanos, la responsabilidad compartida y la coordinación interinstitucional así como sectorial, según la Conferencia Regional sobre Migración (CRM), realizada en Costa Rica el 18 y 19 de septiembre.
Dichos principios rectores fueron planteados fruto de una reflexión de representantes de Centroamérica, México, Estados Unidos y República Dominicana, en el “Taller Regional sobre Políticas, prácticas y conclusiones para el retorno, reintegración e integración de personas migrantes” organizado por la CRM, foro intergubernamental que agrupa a once países con el propósito de intercambiar información, buenas prácticas y promover el diálogo en materia migratoria.
Antes de la recién pasada crisis financiera, poco se había debatido sobre el tema del retorno y sus efectos en las comunidades de recepción o en las mismas personas retornadas y sus familias. Cuando las condiciones en el país destino no son favorables o las políticas de migración son restrictivas, se da el retorno. En el primer caso es un retorno voluntario, en el segundo un retorno forzado fundado en una decisión administrativa o judicial.
“Preocupa la segunda etapa de cada proceso. La primera fase, lo que se brinda de base es la comunicación con los familiares, albergue, ropa, medicinas, y comida, lo inmediato. Falta lo segundo, hay algunos avances, certificación de capacidades, opciones de trabajo, estudios, becas. Se está haciendo con lo que hay. Falta apuntarlo, darle dirección y planearlo… en los programas de regularización de las personas”, comentó Oliver Bush, coordinador de la CRM.
En ese sentido, para la sostenibilidad del proceso se requieren varios factores como un “marco legal que brinde la pauta para la planeación y el presupuesto así como la transversalización del tema migratorio en la política nacional, en el plan de desarrollo y luego ver quién es el ente rector”.
Expuso el caso de El Salvador como ejemplo de cómo se está avanzando. “Ellos ya lo tienen, pueden tener acceso a presupuesto específico para el retorno y reinserción de sus propias personas”.
En ese marco reflexivo, Gabriela Rodríguez, Representante de la Red Regional de Organizaciones Civiles para las Migraciones (RRCOM) y ex Relatora de Naciones Unidas para los Derechos Humanos de los Migrantes (OHCHR/Ginebra), subrayó que la sostenibilidad de los procesos de reintegración está relacionado también con el poder local y las organizaciones no gubernamentales.
RRCOM agrupa actualmente a casi 400 organizaciones de la sociedad civil y es miembro de la CRM. Fue fundada en 1996 a partir de la necesidad de generar un espacio de diálogo con los gobiernos de los países de la región desde la iniciativa del CRM.
Rodríguez subrayó que “los programas de reintegración tienen que ver con la solución de la violencia y criminalidad ante la cual hay ausencia de protección para los migrantes”. Y, son necesarios “para no hacer una migración circular, pues en el retorno también se da la reincidencia”.
María José Meza, Gerente programática de Fundación Avina, resaltó que “uno de los retos principales en el istmo es cómo vamos a abordar el tema migratorio de una manera positiva pues en lugar de estar retornando a un migrante, es más bien ver, cómo podemos integrarlo”.
Asimismo comentó, la relevancia de articular esfuerzos pues los mismos gobiernos necesitan de la experiencia e información de la sociedad civil para poder llegar a entender la complejidad del tema migratorio.
Resaltó como un aspecto positivo que en el taller realizado por CRM ya se identifica a la empresa privada como un actor a ser considerado en las políticas de integración en materia migratoria en la región centroamericana.
La Alianza por las Migraciones de Centroamérica y México (CAMMINA), conformada por Ford Foundation, Open Society Foundations y Fundación Avina, apoya la gestión de RRCOM en sus esfuerzos por socializar con los países miembros situaciones o problemáticas documentadas sobre el tema migratorio y analizadas desde la perspectiva de sociedad civil para solicitar a los Estados su atención y la toma de decisiones al respecto.
Se estima que hay 210 millones de migrantes internacionales en el mundo, lo cual representa aproximadamente el 3,1% de la población mundial. Los países de Centroamérica y República Dominicana han generado cerca de 4.8 millones de migrantes (United Nations, Department of Economic and Social Affairs, 2012) de los cuales el 84% tienen como destino países desarrollados, principalmente Estados Unidos. Los flujos intrarregionales también son relevantes, ya que el segundo destino de los migrantes se encuentra en Costa Rica (8.4%).
En el caso centroamericano, luego de finalizados los conflictos bélicos en los años noventa, la mayor parte de la migración ha ocurrido por motivos económicos. La realidad es distinta, en Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua son países de origen y en el caso de Costa Rica, Panamá y Belice, receptores. México tiene ambas dinámicas.
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