Pueblos indígenas en América Latina: mujeres las más rezagadas
Un estudio presentado por el PNUD este miércoles 23 de mayo analiza los seis países de la región que tienen mayor porcentaje de población de origen indígena y que presentaron mayores avances en su participación política: Bolivia, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua y Perú.
América Latina ha pasado por una inédita movilización de los pueblos indígenas en los últimos 20 años, pero su participación política, especialmente de las mujeres indígenas, todavía es muy baja, según señala un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzado hoy durante 12º Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas en Nueva York.
El estudio ‘Ciudadanía Intercultural—Aportes desde la participación política de los pueblos indígenas de Latinoamérica’ analiza los seis países de la región que tienen mayor porcentaje de población de origen indígena y que presentaron mayores avances en su participación política: Bolivia, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua y Perú.
Según el análisis, entre los factores que han ayudado a aumentar la participación e influencia política de los pueblos indígenas, están: i) el incremento de los movimientos indígenas, favorecidos también por las nuevas tecnologías de la comunicación como la telefonía móvil, Internet y redes sociales, ii) la ampliación de sus derechos tras la firma y reconocimiento de convenios internacionales y iii) el incremento de agencias y cargos públicos que impulsan los temas indígenas.
El estudio destaca la difícil inserción política de las mujeres indígenas, que enfrentan una “triple discriminación”: ser mujer, indígena y pobre. Más allá de las dificultades que suelen enfrentar las mujeres en la ascensión política, especialmente en países en desarrollo, los “usos y costumbres” de las prácticas jurídicas tradicionales o ancestrales tampoco favorecen la participación política de las mujeres indígenas. Aunque las mujeres latinoamericanas cuenten con acceso a voto y, en varios países, con políticas afirmativas como cuotas en partidos y cargos públicos, en el caso específico de las mujeres indígenas los temas de participación política, junto con los temas de salud sexual y reproductiva, son “los más rezagados en la región”, según el informe.
Del balance de la representación política de los indígenas se destaca que:
En México, de un total de 14 diputados indígenas en una cámara de 500 diputados en el periodo del 2012-2015, solo cuatro son mujeres;
Guatemala solo cuenta con tres mujeres, entre 19 indígenas, en un total de 158 curules en el periodo del 2012-2016;
Nicaragua contó con dos mujeres de los tres indígenas en un total de 92 diputados en la Asamblea Nacional en el periodo del 2006-2009;
En Ecuador, de un total de 124 asambleístas, solo hay dos mujeres del total de siete indígenas en el periodo del 2009-2013.
En Perú, de un total de 130 congresistas solo hay dos mujeres entre los nueve indígenas en el periodo del 2011-2016;
En Bolivia, donde los indígenas son la mayoría de la población, de los 130 diputados en la Cámara 41 son indígenas, pero solo nueve de ellos son mujeres.
En América Latina y el Caribe, los pueblos indígenas tienen una población de aproximadamente 50 millones de personas y alcanzan alrededor del 10% de la población. Sin embargo, en dos países, Perú y Guatemala, los indígenas son casi la mitad de la población y, en Bolivia, superan los 60%. En México, aunque la población indígena signifique solo un 10% de la población total, vive (probablemente junto con Perú) la mayor población indígena de la región, en términos absolutos: cerca de 11 millones de personas.
“Más allá de la cuestión cultural, los pueblos indígenas detienen relativamente pocas tierras, muchas veces improductivas, y viven bajo la línea de pobreza e indigencia, lo que dificulta su inserción en la política,” resalta Gerardo Noto, Coordinador del Área de Gobernabilidad Democrática de la Dirección Regional del PNUD, quien destaca la importancia de documentar y compartir las experiencias que ayudaron a impulsar la participación política de pueblos indígenas en la región.
Los niveles de pobreza en los pueblos indígenas prácticamente no han cambiado, pese a los inmensos logros en reducción de pobreza en América Latina en las últimas décadas, según la publicación. “La población blanco-mestiza se beneficia, mas no los indígenas, como si estuvieran en un mundo donde no llegara lo más positivo del esquema del desarrollo,” señala el informe, escrito principalmente por líderes indígenas expertos en el tema
“En las últimas décadas, hemos sido protagonistas de importantes cambios jurídicos, políticos y culturales que han dado como resultado el inicio de la reversión de la exclusión histórica a la cual nuestros pueblos han estado expuestos,” escribe en el prólogo Mirna Cunningham, del pueblo Miskita, en Nicaragua, expresidenta y experta del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las ONU. “Pero los desafíos que seguimos enfrentando demandan el compromiso y la voluntad política de todos y todas.”
Un estudio presentado por el PNUD este miércoles 23 de mayo analiza los seis países de la región que tienen mayor porcentaje de población de origen indígena y que presentaron mayores avances en su participación política: Bolivia, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua y Perú.
América Latina ha pasado por una inédita movilización de los pueblos indígenas en los últimos 20 años, pero su participación política, especialmente de las mujeres indígenas, todavía es muy baja, según señala un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzado hoy durante 12º Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas en Nueva York.
El estudio ‘Ciudadanía Intercultural—Aportes desde la participación política de los pueblos indígenas de Latinoamérica’ analiza los seis países de la región que tienen mayor porcentaje de población de origen indígena y que presentaron mayores avances en su participación política: Bolivia, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua y Perú.
Según el análisis, entre los factores que han ayudado a aumentar la participación e influencia política de los pueblos indígenas, están: i) el incremento de los movimientos indígenas, favorecidos también por las nuevas tecnologías de la comunicación como la telefonía móvil, Internet y redes sociales, ii) la ampliación de sus derechos tras la firma y reconocimiento de convenios internacionales y iii) el incremento de agencias y cargos públicos que impulsan los temas indígenas.
El estudio destaca la difícil inserción política de las mujeres indígenas, que enfrentan una “triple discriminación”: ser mujer, indígena y pobre. Más allá de las dificultades que suelen enfrentar las mujeres en la ascensión política, especialmente en países en desarrollo, los “usos y costumbres” de las prácticas jurídicas tradicionales o ancestrales tampoco favorecen la participación política de las mujeres indígenas. Aunque las mujeres latinoamericanas cuenten con acceso a voto y, en varios países, con políticas afirmativas como cuotas en partidos y cargos públicos, en el caso específico de las mujeres indígenas los temas de participación política, junto con los temas de salud sexual y reproductiva, son “los más rezagados en la región”, según el informe.
Del balance de la representación política de los indígenas se destaca que:
En México, de un total de 14 diputados indígenas en una cámara de 500 diputados en el periodo del 2012-2015, solo cuatro son mujeres;
Guatemala solo cuenta con tres mujeres, entre 19 indígenas, en un total de 158 curules en el periodo del 2012-2016;
Nicaragua contó con dos mujeres de los tres indígenas en un total de 92 diputados en la Asamblea Nacional en el periodo del 2006-2009;
En Ecuador, de un total de 124 asambleístas, solo hay dos mujeres del total de siete indígenas en el periodo del 2009-2013.
En Perú, de un total de 130 congresistas solo hay dos mujeres entre los nueve indígenas en el periodo del 2011-2016;
En Bolivia, donde los indígenas son la mayoría de la población, de los 130 diputados en la Cámara 41 son indígenas, pero solo nueve de ellos son mujeres.
En América Latina y el Caribe, los pueblos indígenas tienen una población de aproximadamente 50 millones de personas y alcanzan alrededor del 10% de la población. Sin embargo, en dos países, Perú y Guatemala, los indígenas son casi la mitad de la población y, en Bolivia, superan los 60%. En México, aunque la población indígena signifique solo un 10% de la población total, vive (probablemente junto con Perú) la mayor población indígena de la región, en términos absolutos: cerca de 11 millones de personas.
“Más allá de la cuestión cultural, los pueblos indígenas detienen relativamente pocas tierras, muchas veces improductivas, y viven bajo la línea de pobreza e indigencia, lo que dificulta su inserción en la política,” resalta Gerardo Noto, Coordinador del Área de Gobernabilidad Democrática de la Dirección Regional del PNUD, quien destaca la importancia de documentar y compartir las experiencias que ayudaron a impulsar la participación política de pueblos indígenas en la región.
Los niveles de pobreza en los pueblos indígenas prácticamente no han cambiado, pese a los inmensos logros en reducción de pobreza en América Latina en las últimas décadas, según la publicación. “La población blanco-mestiza se beneficia, mas no los indígenas, como si estuvieran en un mundo donde no llegara lo más positivo del esquema del desarrollo,” señala el informe, escrito principalmente por líderes indígenas expertos en el tema
“En las últimas décadas, hemos sido protagonistas de importantes cambios jurídicos, políticos y culturales que han dado como resultado el inicio de la reversión de la exclusión histórica a la cual nuestros pueblos han estado expuestos,” escribe en el prólogo Mirna Cunningham, del pueblo Miskita, en Nicaragua, expresidenta y experta del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las ONU. “Pero los desafíos que seguimos enfrentando demandan el compromiso y la voluntad política de todos y todas.”
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